Ensalada de pasta tricolor con calabacín, mozzarella, cherry y pesto

Ligera, colorida y llena de sabor, esta ensalada de pasta tricolor con nuestro Casarecce tricolore Garofalo combina la suavidad del calabacín a la plancha, la frescura de la mozzarella, el dulzor de los tomates cherry y el toque aromático del pesto.

Un plato mediterráneo que se disfruta tanto frío como templado y que resulta perfecto para comidas veraniegas, cenas informales o para llevar en un tupper. Fácil de preparar, saludable y deliciosa… ¡esta ensalada lo tiene todo para convertirse en tu receta estrella del verano!

Tiempo de cocción

20'

Raciones

2

Dificultad

Baja

Ingredientes

  • 200 g de casarecce tricolore

  • 125 g de tomates cherry

  • 80 g de aceitunas negras sin hueso

  • 2 calabacines pequeños

  • 125 g de bocconcini di mozzarella

  • 2 cucharadas soperas de pesto Garofalo

Preparación

ensalada de pasta con calabacín y pesto
1-

Tener listos los ingredientes

Antes de empezar, lava bien los tomates cherry y sécalos con cuidado. Pela los calabacines y córtalos en láminas finas con una mandolina. Escurre las aceitunas negras y ten a mano los bocconcini de mozzarella, junto con las cucharadas de pesto.

Pesa los 200 g de casarecce tricolore y prepara una olla amplia para su cocción. Coloca todos los ingredientes en pequeños recipientes o cuencos para que estén organizados y listos al momento de incorporarlos a la receta.

ensalada de pasta con calabacín y pesto
2-

Cocinar el calabacín

Calienta una plancha o sartén amplia a fuego medio-alto y cocina las láminas de calabacín por ambos lados hasta que estén ligeramente doradas. Añade una pizca de sal y pimienta para potenciar su sabor.

Podemos aprovechar para ir cociendo la pasta. Pon una olla con abundante agua al fuego y, cuando hierva, añade sal. Incorpora la pasta casarecce tricolor y cuécela.

Escúrrela y deja que se enfríe, removiéndola de vez en cuando para evitar que se apelmace. Esto ayudará a que absorba mejor el aliño cuando la mezcles con el resto de ingredientes.

ensalada de pasta con calabacín y pesto
3-

Preparar la base de la ensalada

Mientras se cuece la pasta, preparamos el resto de la ensalada. En un bol grande, mezcla los tomates cherry partidos por la mitad, las aceitunas negras escurridas y los bocconcini de mozzarella. Añade una pizca de sal y pimienta para realzar su sabor.

ensalada de pasta con calabacín y pesto
4-

Incorporar el pesto

Agrega las dos cucharadas de pesto al bol con los tomates cherry, la mozzarella y las aceitunas. Este es el momento en el que la ensalada empieza a ganar su aroma y carácter mediterráneo.

Remueve suavemente para que todos los ingredientes se impregnen de su sabor y fragancia. Hazlo con cuidado para no romper la mozzarella ni aplastar los tomates, manteniendo así la frescura y la presentación del plato.

ensalada de pasta con calabacín y pesto
5-

Montar la ensalada

Incorpora la pasta ya fría a la base de la ensalada y añade el calabacín en tiras. Remueve con suavidad para integrar todos los ingredientes sin romper la pasta ni la mozzarella.

Prueba y ajusta de sal o pesto si es necesario. Sirve en una fuente amplia y disfruta de este plato fresco, saludable y con el auténtico sabor mediterráneo.

Trucos de cocina

Trucos de cocina para una ensalada perfecta

¿Cómo lograr que el calabacín quede tierno pero firme?

Corta el calabacín en láminas finas con mandolina y cocínalo en plancha muy caliente, apenas un par de minutos por cada lado. Así quedará marcado y con un punto crujiente sin soltar demasiada agua.

Si lo cocinas demasiado tiempo, perderá su color vivo y se ablandará en exceso. El objetivo es que conserve su textura para aportar frescura y contraste en la ensalada.

¿Cómo conseguir que la mozzarella esté siempre fresca?

Mantenla en su propio suero hasta el momento de usarla para que conserve su jugosidad y sabor. Sáquela de la nevera unos minutos antes para que no esté demasiado fría al servirla.

Si usas mozzarella en bolas grandes, pártela justo antes de añadirla para evitar que suelte más líquido del necesario en la ensalada.

¿Cómo incluir más verduras en la ensalada?

Puedes añadir tiras finas de zanahoria, calabacín extra sin cocinar o incluso espárragos verdes ligeramente salteados. Aportarán color, textura y valor nutricional al plato.

Otra opción es incorporar pimientos asados en tiras o guisantes frescos. Así, la ensalada se vuelve más completa, variada y rica en vitaminas y fibra.

Preguntas frecuentes

¿Puedo usar otro tipo de pasta?

Sí, puedes sustituir la casarecce tricolor por fusilli, penne o cualquier pasta corta que retenga bien el aliño y el pesto. Lo importante es que mantenga la forma y textura tras enfriarse.

Incluso puedes usar integral o sin gluten.

¿Puedo preparar la ensalada con antelación?

Sí, puedes dejar listos todos los ingredientes y conservarlos en la nevera por separado. De este modo, se mantendrán frescos y con su textura original.

Te recomiendo añadir el pesto y mezclar justo antes de servir para evitar que la pasta absorba demasiado y pierda jugosidad.

¿Qué verduras puedo añadir para variar la receta?

Puedes incorporar pimientos asados, guisantes, espárragos verdes, espinacas frescas o incluso alcachofas en conserva. Así aportarás más color, sabor y nutrientes al plato.

También puedes añadir verduras crujientes como rabanitos o pepino para un contraste refrescante que combine con la suavidad de la mozzarella.

¿Es posible hacer la receta sin lácteos?

Sí, basta con sustituir la mozzarella por un queso vegano o eliminarla directamente. El pesto también puede adaptarse usando queso vegano o incluso omitiéndolo.

Otra opción es preparar un aliño a base de aceite de oliva virgen extra, limón y hierbas frescas para conservar el espíritu mediterráneo de la receta sin lácteos.

Conclusión

Esta ensalada de casarecce tricolor con calabacín, mozzarella, cherry y pesto es una auténtica celebración de la cocina mediterránea. Combina ingredientes frescos, aromas intensos y una textura irresistible que la convierten en un plato perfecto para cualquier ocasión.

Ligera, nutritiva y fácil de preparar, es ideal para comidas veraniegas, cenas informales o para llevar en un picnic. Disfrútala al momento o refrigérala para saborearla bien fría, siempre con ese toque casero que enamora a primera cucharada.

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