
Pasta con burrata y tomates asados: una receta gourmet con pangrattato y albahaca
Hay recetas que elevan lo cotidiano con detalles simples pero sorprendentes. Esta pasta con crema de burrata, tomates asados y pangrattato con albahaca es uno de esos platos que, con ingredientes sencillos, logra una combinación de texturas y sabores irresistible. La cremosidad de la burrata, el dulzor de los tomates tostados y el crujiente del pan rallado aromatizado hacen de esta receta una experiencia completa.
Inspirada en una propuesta del chef Gianni Pinto, esta versión casera es perfecta para cuando buscas una comida especial sin complicarte demasiado. Ideal para lucirte en una cena o para disfrutar de un capricho entre semana, es la típica receta que se queda en tu repertorio. Y si usas una pasta de calidad como unos rigatoni Garofalo, el resultado será aún más espectacular.
75'
2
Media
Ingredientes
200 g de rigatoni Garofalo
150 g de burrata
200 g de tomates cherry
1 diente de ajo
2 cucharadas de pan rallado
5-6 hojas de albahaca fresca
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta
Ralladura de limón
Productos Garofalo
Preparación
Asamos los tomates cherry al estilo confit
Comenzamos por los pomodori confit, que aportan dulzor y profundidad al plato. Parte los tomates cherry por la mitad y colócalos en una bandeja de horno con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta y un diente de ajo machacado.
Hornea a 140 °C durante una hora hasta que estén bien caramelizados, con los bordes ligeramente tostados y jugosos por dentro. Esta cocción lenta concentra los sabores y da ese toque casi dulce que equilibra perfectamente con la crema de burrata.
Preparamos el pangrattato con albahaca
El pangrattato, o pan rallado tostado, será nuestro toque crujiente. Tuesta ligeramente dos rebanadas de pan o usa pan rallado grueso. Luego, tritura en un mixer junto con hojas frescas de albahaca hasta conseguir una mezcla con aroma y color verde vibrante.
Extiende esta mezcla en un plato y llévala al microondas durante al menos un minuto a máxima potencia. Quedará seco y crujiente, listo para coronar el plato y aportar un contraste de textura que marca la diferencia en cada bocado.